_____Soledad desertica

Camino, camino, respiro.... otro paso.....
alrededor esta abarrotado de silencio
de sol y de sed, siento la muchedumbre,
sus ojos calvados en mi,
como en la distancia....
abro los ojos y sigo en medio de la nada,
ojala fuera un mal sueño.

Me detengo, escucho....
en el desierto el silencio no existe,
hay un rumor constante de arena en movimiento,
de pasos rascando la arena,
de dunas en movimiento,
un movimiento invisible......
aún oigo pasos, por detrás siguiendome.
Tras la ultima duna, protegido de miradas indiscretas
cavo un hoyo ansiosamente y me semientierro,
todos los sentidos alerta, siento las pisadas,
si............. están cerca, espero un poco más, sigo oyendolas.

Salgo de mi agujero gritando como un loco,
dispuesto a morir matando........
vuelve a suceder, no hay nadie,
algo no va bien, resbala el sudor por la frente,
todo me confunde, este calor me está volviendo loco,
la soledad, me hace anhelar compañía,
aunque sea un enemigo o diez mil,
aunque sea para morir descuartizado.
Nada........................................

Repito maquinalmente el gesto,
abro la cantimplora, me la llevo a la boca
apuro la enésima ultima gota,
de algo que alguna vez debió ser agua
no queda nada..................................................

Cuando abro de nuevo los ojos, oigo de nuevo movimiento,
distinto al de antes, pero no soy capaz de ver nada,
me siento inmovilizado, sin fuerzas y boca abajo,
la cara llena de arena, debí caer de nuevo inconsciente,
el pulso a diez mil por hora, trato de erguir un poco el cuello,
dios ¡que esfuerzo! esta atardeciendo y ahora veo jinetes,
NO....................... seguro que son otro espejismo.

Como siempre, vienen hacia mi, pero esta vez,
no les haré frente, dejare que se acerquen,
lo suficiente para que se pierdan en mi espejismo
y mueran devorados por la realidad del desierto.

Chillan,
¿como pueden hablar un árabe tan perfecto en mis delirios?
descabalgan y uno se acerca con un odre,
ahí terminan las imagenes;
no recuerdo nada más, después de eso, desperté en esta gruta
una isla de piedra en mitad del desierto,
fresca, húmeda, oscura, agradable
con ruidos que parecen agua
pero solitaria y silenciosa, si obviamos los ruidos de la naturaleza
¿soné que moría y me salve?
¿morí y este es mi destino tras la muerte?

que alguien conteste por favor.......................

las fotos son gracias a Dionys Moser

La vida: una historia mal contada........

En la oscuridad del olvido se resigno a estar siempre bajo mínimos,
no dejaba aflorar nunca una sonrisa y mientras apretaba los dientes, pensó que lo mejor era tirarlo todo por la borda, ser como una ola moribunda avanzando hacia la orilla.
Antes de que aquel sol abrasador y la sed acabasen con todo.
¿Para que seguir sufriendo?, pudiendo alcanzar la placidez y el arrullo de la muerte ....... el descanso.
Realmente estaba harto de no albergar ya ni la más mínima esperanza, esa que le espoleaba a seguir pescando y a cazar gaviotas pero…….

¿que era lo que tanto le ataba a ese cascarón flotante en medio de la nada?

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Esclavitud vacacionaL

Dislocado entre la sensación vacacional y la obligación de ir a trabajar presiento la llegada del día más feliz, ese en el que te empujan a un mundo imaginario, diseñado para jubilados y millonarios, es decir...

gente con tiempo LIBRE.

Las vacaciones pueden convertirse en una condena ritualmente establecida y periódicamente repetida para que los comunes y mortales sepamos como seria nuestra vida si realmente fuese nuestra....


Aún así está limitada, días concretos, lugares ofertados y todo a poder ser convenientemente masificado para no levantar deseos de permanencia y así poder volver a la jaula deseoso de la cotidiana esclavitud.

Es bien sabido que quien está acostumbrado a algo, puede echar de menos lo que le hace mal, solo por costumbre.

Me escama que los grandes empresarios y los economistas estimen importante el periodo vacacional, cuando en principio solo les reporta cosas negativas.

Un mes sin trabajar pero con sueldo !!!!

En fin, que llegado a este punto paranoico, no sé si es bueno alegrarse por las vacaciones, mejor olvidarse de quien es uno y no aceptar el hecho de que somos esclavos.
Durante unas jornadas nos conceden cierta libertad, convenientemente dosificada (en tiempo y dinero) para tomar conciencia de que durante tu vida útil, solo te corresponde un mes de cada año (ni tan siquiera una décima parte de tu tiempo 360/30) y alegrate de poder pagar el precio de tu efímera felicidad.


Para colmo de males, ultimamente tengo la estúpida sensación de que todo es un sueño, ya que al día siguiente de incorporarte a la rutina, donde te acoplas cual mecanismo de relojería, se diluye totalmente la sensación de haber salido de ella, para nuevamente convertirte en el autómata que persigue los días que se le escapan entre los dedos, con otro tema pendiente, que hoy no dio tiempo de zanjar.


solo una pregunta, ¿cuanto vale tu libertad?