con sentido

Tórridos pensamientos atravesándome
provocan sonrojo en mis mejillas,
destellos de lujuria en tu mente
reflejándose en la comisura de tus labios.
Quiero tenerte en mi orilla,
pero el mandoble de tu mirada
despeja el humo entre los dos.
No es niebla, no es bruma
es tan solo negrura;
obtusa desgracia que me persigue
que te antecede y da respuesta
a lo indecible, lo no hablado.
Etiquetas: Poesia
Bienvenido cuando gustes en mi casa, no hay que llamar para entrar. Te dejo un beso.