Tarde....siempre tarde

21 de septiembre de 2007

..............1 segundo antes de morir


Desde mi ojo de buey, sobrevolando nubes perfectas, que anticipan la llegada al mar lo veo claramente. Resulta que todo es mentira, todos esos besos, los piropos, las caricias...
tu mirada, mi lujuria....

Todo, todo es mentira, solo es verdad cuando la química consigue la agitación molecular suficiente, tu abandonas esa mascara que protege tu inocencia y se pone a funcionar tu otro yo, ¡cuanto te quise! hasta que la luz del día lo estropeo todo. No pensabas como ayer, tu mirada me hizo daño al despertar, tu silencio, tus prisas...

Solo te pedía unos minutos más, una sonrisa y una mirada por encima del hombro, dejando escapar un beso al viento, para despedirnos para siempre.


Pero se rompió la magia, no quedaba licor en tu copa, no era el momento y el día, para mi sorpresa, te vuelve arisca y recelosa... la noche te sienta mejor, somos lunáticos.

Mañana, cruzo el océano para no volver y tú cercenaste la ilusión de lo que pudo ser y nunca sera. Siento odio, rabia y furia, siempre me equivoco... yo creía que...

Pero ya se me pasa, total entre la niebla matinal y las legañas del espejo, descubro que todo fue un sueño y al despertar, tu cuerpo pegado al mio me dice que fue un mal sueño, de esos que convierten el despertar, en el final del viaje en una montaña rusa que acaba súbitamente en el agua, con el corazón saliendose del pecho y el sudor frío convertido en una carcajada nerviosa que digo yo, debe ser la alegría de seguir vivo.




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14 de septiembre de 2007

Miriadas al ocaso


Hacia tiempo que no veía el final de una tarde, pero hoy me perdí callejeando Compostela, mientras echaba de menos un mar cercano que relaje mis ansiedades, recibí el fresco de la tarde y el bullicio que aún traían los recién llegados. Pero al levantar la mirada, descubrí en el fondo de esas sonrisas torcidas y anónimas, gestos resignados de quienes aceptan la cíclica condena. En septiembre, la condena es volver... a dar vueltas al molino, para que aflore el agua, muy buena el agua, pero como cansa dar vueltas. En esta civilización que nos ha tocado, virulenta e infecciosa que invade cualquier pequeña esquina no urbanizada y la uniformiza dejando cemento fresco, donde antes solo había frescura, seguí caminando rodeado de derrota y con olor a rollito de verano recién caducado, las chicas hablaban en corrillos alborozadas cual pescadores, confesando sus ultimas capturas, con fotos de la pieza incluidas. Los brazos, resignados también, vuelven a su posición cargada de apuntes, libros y nervios de ultima hora, para recibir los odiados exámenes y sus consecuencias, como otra condena. Las gafas de cerca, se hunden una vez más, dejando esas delatoras huellas, que ha costado dos meses borrar y dos horas recuperar. La alegría veraniega se lava con asfalto y las ojeras afloran antes de perder los últimos restos de bronceado que el fisioterapeuta acabara arrastrando junto con los males otoñales de espaldas cargadas, cuellos rígidos y bostezos grandilocuentes de autobús mañanero cargado de legañas. Sin embargo, el rey sol calienta mi frente como si olvidara que pierde el tiempo, y que el general invierno ya mandó sus exploradores e invadirá estas tierras en breve, a menos que la rutina se rompa en mil pedazos.

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3 de septiembre de 2007

Paciencia_ ciencia que atrae la paz


Imposible huir de ese mirar malicioso y escrutador, que intuye ratos ociosos y robados en rincones olvidados con olor a café y que no admite vacilaciones a la hora de las respuestas con sabor a cerveza...
Con una mirada, se desarma la entelequia que mantuvo vivo durante años, al superviviente de mil campos de batalla de esta incruenta guerra, conocida su principal cualidad, la seguridad de la tardanza, pero seguridad al fin y al cabo.
A un gesto tuyo, se pierden de vista los guerreros y otro asedio toca a su fin... otra refriega ganada sin derramamientos inútiles de lo mas importante, la energía que mueve el cosmos.

Gobernarás otra era, siendo la guardiana implacable de las piedras preciosas que adornan tus cuencas iluminando los ojos más poderosos que se conocen.
Al caer la tarde, estaremos solos y entonces, solo entonces sabré el veredicto para el resto mortal que conservo en lo más interior de mi brillante armadura.La vida o algo peor, la vida etérea, alejarme de mi yo para vivir en la inmortalidad de tu deseo. Dejemos al destino que diga su ultima palabra y mientras

paciencia...

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